EL CONOCIMIENTO ENVANECE
Se
escucha recurrentemente en muchos de nuestros entornos que el conocimiento
envanece, que no es bueno el mucho estudio, porque apaga el fuego del amor y como
esto, otro gran número de ideas similares, pero ¿Qué enseñan las Escrituras? No
hablan en contra del conocimiento sino que alientan a adquirirlo. Es importante
estudiar y hacerlo con profundidad, el anti-intelectualismo dentro de muchos círculos
cristianos ha sido un gran problema que evidencia ignorancia y un peligroso
analfabetismo bíblico.
“Adquiere
sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de
mi boca”
Proverbios 4: 5 (RVR 1960)
La
sabiduría, el conocimiento y la inteligencia son apreciadas en las Escrituras, por
lo tanto no presentan ningún problema sino solo cuando envanece a la persona
que lo adquiere. Cuando el apóstol Pablo habla
de que el conocimiento llena de orgullo pero el amor edifica, el
problema que se trata es el mal uso del conocimiento cristiano que se exalta
sobre el prójimo que es débil.[1]
El
conocimiento debe estar al servicio del amor, no lo contrario, no podemos
someter nuestro amor a nuestro conocimiento, eso nos envanecería, debido a esto
es necesario comprender algunas características del amor: “El amor es sufrido,
es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se
envanece” (1 Corintios 13: 4 (RVR 1995)), por lo anterior el estudio verdadero
que se ha aprendido a sujetar al amor no debe producir ninguna clase de arrogancia,
envidia o jactancia, sino amabilidad, respeto y gozo.
El
que cree saber algo, no sabiendo nada, no sabe nada. Saber en el sentido
arrogante de la palabra es una innecesaridad, porque como bien dijimos, el
saber debe estar en servicio al amor, por lo que debe procurar la humildad, de
no hacerlo no es un conocimiento sino un tipo de engredimiento, este tipo de
saber es mejor ni saberlo, porque representa un terrible problema, como bien
dijo el apóstol Pablo refiriéndose a un acontecimiento en específico que estaba
dándose entre los corintios debido a un arrogante saber que en vez de edificar
estaba enalteciendo a unos sobre otros:
“En
cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos el debido
conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Y si alguno se
imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debería saberlo. Pero si alguno
ama a Dios, es conocido por él.” 1 Corintios 8: 1-3 (RVR 1995)
El
conocimiento sobre el sacrificio a los ídolos por sí mismo no significa nada
para el idolatra, pero el amor, el verdadero amor como lo enseñan las Escrituras
incomoda al idolatra porque procura llevarlo a la Gracia del Señor que enseña al
verdadero Dios, el único que puede dar libertad al que vive en las tinieblas de
la idolatría.
[1] Herman Ridderbos, El
pensamiento del apóstol Pablo, trad. de Juan Van der Velde (Grand Rapid, MI
: Libros Desafío, 2000), 317
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