LO SABES, PERO ¿LO CREES?
A medida que pasa el tiempo se hace más fácil acceder a
la información, no era como tiempos atrás en donde solo en algunos lugares y
algunas personas que se llamaban privilegiadas podían leer y tener conocimiento
que no tenían todos. Pero ahora con todos los avances que se han desarrollado se
ha hecho mucho más sencillo leer, recibir conocimiento, comprender ciertos
temas, lo cual es muy importante. Que bueno es que las personas que antes se
les dificultaba acceder a cierta información puedan leer, ir a las bibliotecas,
a los computadores y puedan aprender, pero en esto surgen muchas preguntas ¿Qué
información reciben?¿Para qué tener conocimiento sobre cierta información?
Si la información que se recibe es falsa, las conversaciones
y discursos serán de la misma naturaleza, pero si lo que se recibe es
verdadero, cuan verdadera debe ser aquella vida. Me quiero referir a las
Escrituras, cuando hablo de lo verdadero, porque no hay nada mas verdadero que
las Sagradas Escrituras, las cuales hacen sabio al sencillo, pero me he dado
cuenta, tristemente, que muchos de los que leen, estudian y conocen de la ortodoxia
de la hermenéutica Bíblica se han dejado llevar por un sentimiento de orgullo
que desvanece el buen propósito del conocer.
“En mi corazón he guardado tus dichos, para no
pecar contra ti.” Salmos 119: 11 (RVR 1960)
El salmista tenia claro que el objetivo de guardar la Palabra
de Dios en su corazón era no pecar contra su Señor, era vivir conforme a su
Santa Voluntad. De esta manera tambien debiéramos nosotros pensar, ir ante las
Escrituras no con la intención de humillar a otra persona, o mostrarnos
superiores a los demás en conocimiento, sino con el buen propósito de ser
fieles a Dios y obedecerle con un corazón humilde y agradecido por lo que ha
hecho por nosotros, porque grande amor nos demostró que a su Hijo envió al
mundo para que muriera en la cruz por nosotros, y ahora nuestro Gran Maestro,
el Espíritu de Verdad, nos guía en Su Palabra a vivir en la Verdad. Gloria al
Dios trino por Su bendita Palabra, la cual estas conociendo, y sabes lo que
dice, pero ¿la crees?
No hay tan largo trecho en creer y obedecer, pero si
entre conocer y creer, porque aun los demonios saben quien es Dios, que Dios es
tres personas y es un solo Dios, pero no creen en Él, no le temen ni se reverencian
ante Él para honrarle como es debido. Por lo tanto no se trata solo de conocer
sino tambien de saber, muy bien podría saber y hasta recitar de memoria la Ley,
pero si no la creo en mi corazón, ¿de qué me sirve? De nada sirven los
esfuerzos humanos para conocer si el conocimiento es para el envanecimiento,
pero si conocer las Escrituras es para obedecer a Dios con fidelidad y honrarlo
como El quiere que se le honre, entonces podremos disfrutar la lectura de la
Ley de Dios y entenderemos que su significado es llevarnos continuamente a
reconocer a Jesucristo, como el Único Señor y Salvador de nuestras vidas, y a
obedecerle fielmente como sus siervos y amigos.
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