NINGÚN AMOR SE LE COMPARA
No hay amor que pueda compararse al amor
de Dios, ni siquiera nuestro amor que decimos tener a Él, porque es finito de
seres mortales muy limitados, pero el amor de Dios es mucho más grande que el
nuestro o cualquier otro que pueda existir porque depende de Él, no de
nosotros, por lo tanto, es Eterno, Incomprensible para la mente humana, Soberano
y no merecido hacia nosotros, pero es ofrecido a criaturas como nosotros para
que podamos vivir en El.
“Porque mientras aún éramos débiles, a su
tiempo Cristo murió por los impíos. Porque difícilmente habrá alguien
que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el
bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5: 6-8 (NBLA)
El amor de Dios fue demostrado en la cruz
del calvario, porque siendo nosotros pecadores, completamente alejados de sus
designios y rebeldes a Su Voluntad, nos amó dando su vida para justificarnos
por su sangre, salvándonos de la ira de Dios, la cual moraba en nosotros que
ahora somos hijos de Dios por Gracia, pero esta ira sigue morando en todo aquel
que aún no reconoce el amor incomparable de Dios, por lo tanto nuestro mensaje
como Iglesia a los incrédulos es que se reconcilien con Dios, creyendo en Jesucristo
y arrepintiéndose de sus pecados, porque solo por medio de Jesucristo somos
reconciliados con Dios, como nos enseña Romanos 5: 9-11 (NBLA):
“Entonces mucho más, habiendo sido ahora
justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por
medio de Él. Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con
Dios por la muerte de Su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos
salvos por Su vida. Y no solo esto, sino que también nos
gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien
ahora hemos recibido la reconciliación.”
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