LUMINARES EN MEDIO DE UN MUNDO FRIO Y OSCURO

 


El Señor nos ha llamado a resplandecer en medio de la oscuridad, no debemos tenerle temor a la oscuridad, porque la oscuridad nada es, como alguien muy sabiamente dijo “la oscuridad simplemente es la ausencia de luz”, es decir que la oscuridad se define como algo que no tiene luz, por lo tanto necesita de la luz para ser algo, asi está el mundo: con ausencia de luz y, nosotros, por la Gracia de Dios, tenemos la luz quien es Jesucristo, porque Él es la Luz del mundo, por Él, únicamente por medio de Él, es que podemos brillar como estrellas, es asi que somos luminares es únicamente en Jesucristo. El mundo necesita a Jesucristo, por lo tanto nosotros debemos enseñar al mundo su oscuridad y tormentosa vida y que en Jesucristo se pueden refugiar como cuando en medio de una gran lluvia nos refugiamos debajo de una sombrilla, pero más que una sombrilla porque no solo Jesucristo nos protege de la lluvia del mal sino que nos guía a la claridad y resplandor de Su Gloria.

“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.” Filipenses 2: 12-16 (RVR 1960)

Muchas veces callamos como iglesia, nos encerramos en nuestros propios mundos que hemos construido porque no hemos comprendido bien nuestro llamado e identidad que se refiere a que somos luminares en el mundo. Una bombilla o una lampara no se debe esconder sino estar en un lugar visible para que dé luz y claridad en medio de la oscuridad, por tal razón no somos llamados a aislarnos del mundo, sino por el contrario a estar en el mundo alumbrando en medio de su densa oscuridad, para que puedan encontrar verdadera claridad en su vida, la cual puede ser verdaderamente expuesta por medio de la enseñanza correcta de las Escrituras que nos hablan de Jesucristo como el único y verdadero Camino.

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