DISFRUTAR CADA DÍA
El Señor Dios
Todopoderoso nos ha provisto de lo más importante, de su Salvación, por pura
gracia, dando contentamiento a nuestro ser. Solo en El estamos completos, pero
si ya tenemos lo que nos hacía falta ¿Por qué muchos cristianos parecen vivir
en tristeza?
“Queridos amigos, siempre siguieron mis instrucciones
cuando estaba con ustedes; y ahora que estoy lejos, es aún más importante que
lo hagan. Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo
a Dios con profunda reverencia y temor.” Filipenses 2: 12 (NTV)
Esforzarse y ser
valiente es una acción del creyente constante, porque de no hacerlo, el mundo,
la carne y satanás pueden llegar a aprovecharse para desanimarnos y así
llevarnos a vivir en tristeza.
En Cristo tenemos
la Salvación, pero se nos olvida muchas veces el inmenso valor de su Salvación.
Esto ocurre cuando empezamos a ocupar nuestra mente en las cosas de este mundo
en vez de en Dios. Es importante que nos gocemos en el Señor.
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo:
¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor
está cerca. Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y
la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4: 4-7 (RVR 1995)
Si el mundo y sus
preocupaciones quieren alterarnos, no podemos dejarnos, sino es importante que
permanezcamos firmes en el Señor, por medio de la oración. La oración es muy
importante, porque por medio de la oración podemos dejar a Dios nuestras
cargas, fortalecer nuestra comunión con El, aprender a ser más agradecidos por
lo que nos ha dado. Así también, si como cristianos decimos amar a Jesucristo,
entonces guardemos sus mandamientos, su Palabra en nuestro corazón (Juan 14:
15), porque hacer la voluntad de Dios es el fruto del Espíritu que da evidencia
de nuestro nuevo nacimiento.
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con
lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera
que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.
Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la
palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e
imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”
Hebreos 13: 5-8
(RVR 1960)
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