LA PEOR PANDEMIA





Pandemia, viene del griego “pan” todo y “demos” pueblo, y significa reunión de todo un pueblo. Es bastante curioso que sea un virus lo que este reuniendo a toda la humanidad, las personas de los diferentes continentes están empezando a mirar a sus semejantes y a sí mismos como seres frágiles que pueden morir en cualquier momento. En palabras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo de las naciones unidas encargado de gestionar los problemas de salud a nivel mundial, la pandemia es “la propagación mundial de una nueva enfermedad”[1] y, aunque el coronavirus, sea visto como un virus letal no es tan letal como otro.
Hasta el día de hoy, marzo 18 del 2020, se han registrado 163 países afectados y más de 215.000 personas contagiadas con el coronavirus, virus que ha generado gran preocupación y alteración en el mundo. En las calles se ven personas hablando solo sobre esta pandemia, los supermercados tienen filas largas de personas que buscan comprar cantidades exacerbadas de comida porque creen que esta por venir una gran escases de alimentos; los tapabocas, guantes y el gel antibacterial también escasean y se han convertido en productos de primera necesidad en esta época, dentro de muchos países y hogares en el mundo. Las personas andan muy aceleradas, comprando y abasteciéndose, que hasta se ha podido presenciar la intensificación de pleitos en las calles y la ausencia de solidaridad entre la gente.
China, desde Wuhan, donde se dice que comenzó la propagación del virus, hasta Pekín, ha tenido que vivir en carne propia la cuarentena. Cuarentena que en palabras de una corresponsal del periódico el País, Macarena (2020)
“Tomarlo como una nueva experiencia e intentar mantener el sentido del humor ha sido fundamental. También mantener una rutina: levantarse a la misma hora, organizarse un horario para —en la medida de lo posible— dedicar tiempo al trabajo, pero también a uno mismo y, quienes la tengan, la familia. Un baño relajante (..) Habrá días malos, de aburrimiento, frustración, ansiedad —¿cuándo acaba estoooo?—, tristeza, cambios de humor súbitos, irritabilidad. No lo digo yo, que también. Lo dice un estudio de estudios sobre la psicología de las cuarentenas, elaborado por expertos del King’s College de Londres. Es posible que haya gente que necesite apoyo psicológico. No duden en buscarlo”[2]
La frustración, el desespero y la ansiedad pueden ser algunos de los sentimientos que se puedan percibir en medio de esta situación, pero tanto para China como para cualquier país que está enfrentando esta compleja pandemia, primero necesita comprender que esta no ha sido y seguramente tampoco será la peor que enfrente la humanidad. El ebola, la rabia, el VIH, la viruela, el dengue, entre otros muchos más, han acabado con gran número de personas, con un número tan grande que ni se podría comparar con el coronavirus. Bragado (2020), con respecto a los virus dice “El ser humano ha tenido que convivir con los virus desde su existencia. Adaptarse, curarse o morir eran los finales de los encuentros”[3]
Los virus han estado acompañando al hombre y a nuestro planeta desde que el ser humano le dio la entrada al pecado. El pecado, la maldad y la hipocresía es el peor virus en nuestra sociedad, peor que el coronavirus, porque no solo destruyen al cuerpo sino también al alma y al espíritu.
La peor pandemia, causa de pandemias, ha sido la rebelión del ser humano contra su Creador. Las iniquidades, injusticias, maldades, perversidades y abusos del hombre han cobrado muchas más vidas que el coronavirus o cualquier otro virus.
“Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos.” Isaías 59: 3 (LBLA)
Dios, Creador de todo el universo, es Santo y Justo, por lo tanto, no puede aceptar ni mucho menos tolerar el pecado y la iniquidad. Es esta la razón por la que no podemos mantener una relación directa y estrecha con nuestro Hacedor.
La banalidad de la vida, el espejismo del placer y la arrogancia de un corazón, son el constante vivir de jóvenes que se han olvidado de su Creador. Ellos se engañan a sí mismos, creyendo que no habrá un juicio y que su juventud es eterna, pero la verdad es que la juventud es pasajera y el juicio de Dios se acerca para toda la humanidad.
“No dejes que la emoción de la juventud te lleve a olvidarte de tu Creador. Hónralo mientras seas joven, antes de que te pongas viejo y digas: «La vida ya no es agradable».” Eclesiastés 12: 1 (NTV)
La muerte es inminente, nada que hacer, es el evento más cercano en el ser humano. Esta no pide cita, ni mucho menos una disculpa, sino llega a su tiempo para cada uno. Es así de sencillo, la muerte se presenta al hombre el día que ha planeado; en unos llega a la edad de la juventud, mientras que en otros en la vejes, la realidad es que no lo puedes decidir, aunque a todos, a todos, visitara.
La muerte es un gran enemigo que el hombre nunca podrá derrotar, es consecuencia del pecado (Gen. 2: 17), y es también el estado en el que se encuentra toda persona desde su nacimiento. Es un estado y un destino que solo puede ser cambiado por nuestro Dios, porque Dios mismo nos prometió Salvación.
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” Efesios 2: 1 (RVR 1960)
La vida que Dios ofrece se obtiene únicamente por medio de la fe en Cristo Jesús, mirar a Jesucristo, creer en El, es la vacuna para esta gran pandemia llamada pecado.



[1] ¿Qué es una pandemia? Organización Mundial de la Salud. Recuperado de https://www.who.int/csr/disease/swineflu/frequently_asked_questions/pandemic/es/ el 18 de Marzo de 2020.
[2] Macarena (2020). Enviada especial a la cuarentena. Periódico el País. Recuperado de https://elpais.com/sociedad/2020-03-16/enviada-especial-a-la-cuarentena-carta-desde-pekin.html el 18 de Marzo de 2020.
[3] Bragado (2020). Peores que los coronavirus. Diario AS. Recuperado de https://as.com/deporteyvida/2020/01/30/portada/1580403671_498976.html

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