UNIÓN LIBRE, SINÓNIMO DE FORNICACIÓN
El
pecado sexual parece ser el más peligroso, si es que hubiera una escala de
peligro en los pecados, porque es el que más advierte la Biblia, veamos por
ejemplo los llamados diez mandamientos, de este decálogo se hace un llamado de atención
a tres peligrosos actos: fornicar, adulterar y codiciar, los cuales hacen parte
del pecado sexual (Éxodo 20).
Hace
unos años atrás se circulaba un libro dentro de la Iglesia llamado “el sexo no es el problema la lujuria sí”,
el cual era bastante interesante en el momento de referirse al sexo, como un
diseño de Dios que no es pecado siempre y cuando este bajo los parámetros que
El mismo estableció. Aunque el escritor de este libro no sea un ejemplo a tomar
en cuenta, es una lectura interesante. No se puede llegar a la idea del sexo
como un pecado, porque en ninguna parte de la Biblia el Señor habla en contra
del sexo, sino el Señor está en contra de la infidelidad, la lujuria y la
deshonra del propio cuerpo.
No
honrar el cuerpo se ha convertido en más que una decisión un mandamiento del
sistema posmoderno, porque las instituciones que fortalecen este sistema
enseñan a mantener una vida sexual activa con muchas personas, a aceptar el
matrimonio igualitario, la autoestimulación que antes se llamaba masturbación se
está viendo como algo normal y que debe hacerse, etc. Parece que la perversión no
tiene límites, pero lo más triste es que existan algunas llamadas iglesias que
aceptan esta perversión, como la unión libre.
La
unión libre, anteriormente llamado concubinato, es otra manera para referirse a
la fornicación y al adulterio, pero con palabras más delicadas. Esta acción es
pecado, no puede ser visto como algo normal y mucho menos aceptable dentro de
la Iglesia, la amada de Dios, porque Dios aborrece todo tipo de fornicación,
adulterio o infidelidad, que es lo mismo. No tiene sentido que, si dos personas
aman a Dios, se aman y respetan, prefieran vivir juntas sin la bendición del
matrimonio, esto solo demuestra algo, hipocresía.
La
hipocresía en la unión libre tiene consecuencias fatales que por lo largo y
ancho de la historia ha dejado ver sus frutos, en hombres de la Biblia como
fueron Abraham, Jacob, Sansón, David y Salomón, por nombrar algunos. Si ellos
hubieran sido fieles en su matrimonio con una sola mujer, comprometiéndose delante
de Dios y de la Iglesia a cuidarla, amarla y respetara, de seguro que se
hubieran evitado más de un chicharon.
“Huid de la fornicación. Cualquier
otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica,
contra su propio cuerpo peca.” 1 Corintios 6: 18 (RVR 1960)
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