¿ME AMAS?




“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.”
Juan 21: 15-17 (RVR 1960)
Es una perla sin precio esta hermosa enseñanza que Dios mismo quiere darnos y que es necesario que recibamos en nuestro corazón, porque es sobre el verdadero significado del evangelio, de todo lo que somos y de todo lo que Dios quiere de nosotros.
Pedro fue uno de los primeros discípulos de Jesucristo, junto a su hermano Andrés. El parecía ser un hombre muy fiel a Jesucristo, entregado completamente a Él, y a sí mismo se refería, al decir a su Maestro: “Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.” (Lucas 22: 33). Aun así, su fe fue probada por gente malvada y negó a Jesucristo tres veces, antes de que el gallo hubiera cantado.
Las personas religiosas dicen amar a Dios, pero quien en verdad ama a Dios no solo lo dice sino lo demuestra con sus hechos. Es importante comprender que el significado del evangelio es el amor y es el amor a Dios el motor que nos debe motivar día a día a seguir a Jesucristo y a guardar sus mandamientos (Juan 14: 15)
El amor, como se había mencionado antes, es el significado del evangelio, pero amor no es alcahuetería, pretensión, religiosidad, hipocresía ni nada que se le parezca, sino “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” (1 Juan 4: 10)


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