¿QUE PUEDE IMPEDIR TENER PLENITUD SEXUAL DENTRO DEL MATRIMONIO?





v  INFIDELIDAD, (1 CORINTIOS 6:12-20):

Muchos hombres y mujeres llevan una vida doble, siendo en su casa “modelos” de esposos(as) y padres, pero la verdad es que llevan una vida paralela con otra persona, uno de los síntomas podrá ser el hecho de no querer tener relaciones sexuales o disminuir la frecuencia con su esposa (o). Si usted se encuentra en esta situación, confiese su pecado, recuerde que el Señor es fiel y justo para perdonarle y limpiarle de toda maldad, apártese de este pecado y alcanzará misericordia, además tenga en cuenta que la infidelidad tiene las siguientes consecuencias:

a)    Deteriora su relación personal con Cristo
b)    Entristece al Espíritu Santo
c)    Se alejará del Padre
d)    Destruye su propio cuerpo
e)    Destruye a su cónyuge
f)     Destruye su hogar
g)    Su descendencia podrá sufrir las consecuencias generacionales

Es importante cuidar su vallado, alimentando su relación con el amor que Cristo deposita constantemente en su corazón y orando para que su cónyuge actúe de la misma manera…FIELMENTE

Recuerden que satanas anda como león rugiente buscando a quien devorar


v  FALTA DE COMUNICACIÓN:

Como vimos anteriormente, la comunicación debe ser parte fundamental en nuestro matrimonio, es muy común que hablemos de nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos, pero es muy poco común que hablemos de cómo está funcionando nuestras relaciones íntimas. Las causas principales pueden llegar a ser: vergüenza, tabú, creer que se puede ofender al cónyuge o simplemente no se encuentra la manera de abordar este tema. Lo grave de este problema es que al pasar el tiempo se puede llegar a tener muy poca frecuencia en las relaciones sexuales hasta el punto de no tenerlas.

Algunas recomendaciones:

a)    Orar individualmente para pedir la dirección del E.S. con el propósito de tener sabiduría y poder abordar el tema en forma normal
b)    Invitar al cónyuge a orar para que Dios sea glorificado y los dos puedan fluir en el Espíritu y no en la carne.
c)    Manifestar en forma clara los puntos de inconformidad que pueden ser relaciones no placenteras, falta de detalles, más tiempo para el cortejo, variabilidad, etc., Si es posible a la luz de la palabra de Dios.
d)    Reconocer su parte de culpa en el problema si lo hay
e)    Llegar a un común acuerdo
f)     Orar para que Dios confirme las decisiones tomadas

Es importante no hacer ningún tipo de reclamo en plenas relaciones sexuales.


v  CANSANCIO:

Es la excusa más normal, sobre todo en las esposas, aunque en estos tiempos el hombre por su carga laboral exagerada también la utiliza, Ya hemos comentado: “Dios le dará el trabajo para cumplir con sus compromisos, cualquiera que estos sean, siempre y cuando estén dentro de la voluntad de Él, sin embargo, si está sobrecargado de trabajo ya deja de ser una bendición y pasa a ser una distracción de satanas, pues el tiempo que deja de invertir en su cónyuge, jamás podrá ser remplazado  por el dinero que proporciona su trabajo”. Ore para que Dios permita los ajustes y pueda  estar dispuesto a entregar su cuerpo regularmente a quien tiene potestad sobre él, es decir su cónyuge (1 Corintios 7: 4). Por otra parte las señoras deben dejar de lado sus labores diarias sean dentro o fuera de su casa y dedicarles tiempo a sus maridos (1 Corintios 7:5).


v  IMPOTENCIA SEXUAL:

No trataremos este problema desde el punto de vista médico, pero sí debemos decir que muchas veces el problema está en la mente y en el corazón, por lo cual recomendamos tratar este problema en pareja. Adicionalmente más adelante daremos algunos consejos prácticos.


v  LA EDAD:

La edad es considerada por muchas personas un impedimento para tener una plenitud sexual, pero no debería ser así, pues a medida que van pasando los años, la agilidad y la motricidad que se pierden en forma natural pueden ser remplazadas por la tranquilidad y el raciocinio propios de la edad madura.




Tomado del libro "Plenitud en el Matrimonio" escrito por Henry Espitia y Nancy Caceres (2016). Editorial Buena Semilla. Bogota (Colombia)



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