SU VOLUNTAD
Porque esta
es la voluntad de Dios, que haciendo bien hagáis callar la ignorancia de los
hombres insensatos (1 Pedro 2:15). El testimonio es tal vez lo más importante
para la vida de un creyente después de la proclamación verbal de la palabra,
mucho más cuando se trata de un matrimonio cristiano, pues los ojos de los
demás están puestos sobre nosotros. La única manera de hacer callar los labios
de los insensatos es permaneciendo hacia la santificación de nuestras vidas que
por supuesto no solo se debe reflejar hacia los de afuera sino hacia los
nuestros.
Solamente si nuestros matrimonios son sanados por Dios,
de una manera profunda sacando todas aquellas cosas que hemos guardado por años
seremos verdaderamente la luz del mundo, para esto
debemos tomar la biblia y hacerla parte de nosotros y de nuestro día a día,
debemos enamorarnos de ella porque siempre tendrá consejos sabios no importa
las dificultades por las que pasemos (Proverbios 15:24).
El plan de
Dios para el matrimonio es un plan perfecto pues incluye además de la unión
entre el hombre y la mujer en un sagrado vínculo, un complemento, unión para
toda la vida y felicidad constante y progresiva. Cuando Adán estaba solo en el
paraíso no encontró ayuda idónea para él, simplemente porque faltaba lo más
importante de la creación junto con el hombre y era la Mujer. Adán y Eva
formaron el matrimonio más perfecto de toda la historia del hombre antes del
pecado pues incluía un amor incondicional y transparencia en todos los aspectos
de una vida matrimonial, esta es la relación a la que tenemos que llegar, por
supuesto teniendo en cuenta nuestras debilidades y limitaciones propias de una
humanidad caída. Sin embargo, que esto no sea una excusa para no avanzar hacia la plenitud en el matrimonio.
“El da esfuerzo al cansado y
multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se
cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan en Jehová tendrán
nuevas fuerzas, levantaran alas como las del águila; correrán y no se cansaran;
caminaran y no se fatigaran” (Isaías 40: 29-31).
* Tomado del libro "Plenitud en el Matrimonio" escrito por Henry Espitia y Nancy Caceres (2016). Editorial Buena Semilla. Bogota (Colombia)
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