BASES PARA NUESTRO MATRIMONIO
Cuando
decidimos casarnos dejamos de ser
individuos exclusivamente para
convertirnos en una sola carne con nuestro cónyuge y por
consiguiente desde el mismo momento de nuestro matrimonio comenzamos a
construir una nueva vida.
Una
pregunta dentro de la extraordinaria sabiduría que hay en la Biblia, y que
deberíamos hacernos antes de casarnos es: ¿Andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?
(Amos 3:3), sin embargo es justo la pregunta que se hacen algunas
parejas y que utilizan como excusa para divorciarse, por supuesto que como
consecuencia de un noviazgo basado en un
amor eros donde lo más importante es la pasión y el conocimiento mutuo pasa a
un segundo lugar. Otra pregunta que podríamos hacernos es ¿de acuerdo en qué,
si somos tan diferentes?, la respuesta no es nada fácil pero definitivamente
está en las bases y como siempre la misma Palabra nos da la respuesta: “Si Jehová no edificare la
casa, en vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad,
en vano vela la guardia” (Salmos 127:1). Tal y
como hemos visto en el tema anterior la base para que nuestro matrimonio tenga éxito o pueda ser
reconstruido es la Fe pura en Dios. A partir de allí podremos colocar cada
piedra, cada ladrillo y comenzar a construir una maravillosa vida en pareja que
nos dará grandes alegrías, algunas derrotas, una que otra tristeza, pero en
todas estas cosas vamos a salir más que triunfadores porque en nosotros
permanece alguien que es TODOPODEROSO (todo lo puede), OMNISCIENTE (todo lo
sabe), y OMNIPRESENTE (está en todas partes) y podremos decir con todas
certeza: “Todo lo puedo en Cristo que nos fortalece” (Filipenses 4:13).
Es
necesario aclarar, (y no será la primera vez), que el matrimonio es para toda
la vida, y el hecho de tener un cónyuge no creyente, no es causal para el
divorcio por lo tanto si se encuentra en esta dificultad, ore por su cónyuge y
de testimonio de vida en Cristo: A los demás digo yo, no el Señor: que si algún
hermano tiene esposa no creyente, y ella consiente en vivir con él, no la
abandone. Y si alguna esposa tiene esposo no creyente, y él consiente en vivir
con ella, no lo abandone. Porque
el esposo no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en
el creyente. De otra manera vuestros hijos serían impuros, pero ahora son
santos. (1 Corintios 7:12-14).
* Tomado del libro "Plenitud en el Matrimonio" escrito por Henry Espitia y Nancy Caceres (2016). Editorial Buena Semilla. Bogota (Colombia)
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