Abusos en la cena del Señor



La cena del Señor no es un rito hecho por humanos, ni es una ceremonia que pudiere compararse a cualquier otra, sino es un acto que conmemora la muerte de Jesucristo, su resurrección y, la esperanza de su segunda venida y de las bodas del Cordero. Es un compromiso que hace el creyente con el Señor de dar su vida, de ser necesario, por el reino de Dios y el evangelio.
Tomar la cena dignamente es una orden que los apóstoles recalcaron en las iglesias, porque había muchos que por ignorancia no comían de ella con el debido respeto, haciendo caer a los hermanos y trayendo maldición sobre sus vidas, porque esto no es un juego, muchos han muerto por creer que esto era un juego. Por lo tanto, si aún nos has nacido de nuevo o no tienes convicción frente al compromiso con Dios, entonces es mejor abstenerse de tomar la cena del Señor que tomarla indignamente.
“Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo”
1 Corintios 11: 17-22 (RVR 1960)

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