MALA NIÑERA



Ellos eran una familia preciosa o eso creían todos, pero la verdad es que después de llegar de la iglesia dejaban entrar a su casa la prostitución, degradación, depravación, la altanería, la lujuria, la violencia y los homicidios. Ellos prendían la televisión.
La televisión se ha convertido en la niñera de las familias. Es alrededor del televisor que las familias se reúnen y, aunque solo fueren dos minutos, es degradación lo que emana de ella.
Las religiones nos dicen -no, pero eso no están malo como robar o matar- pero la verdad es que delante de la perfección de la Deidad no podemos contemplar ningún pecado, aunque parezca pequeño ante nuestros ojos. Y si estamos empezando a clasificar los pecados, entre los peores y menos peores, entonces estamos dejándonos llevar por nuestro sucio corazón, queriendo justificar la maldad. Esto es desagradable ante Dios.
Las personas que quieren servir a Dios son muchas, demasiadas, o así es que lo cantan y lo predican, pero quienes realmente lo hacen como Dios manda son pocos. No fueron muchos los discípulos de Jesús, tan solo 11, aunque muchedumbre le siguió, pero con ellos el mundo fue trastornado por la Palabra de Dios.
La vida que ofrece Dios no es la que venden las películas sino es verdaderamente valiosa, porque no proviene de las concupiscencias del corazón del hombre, sino de la santidad de Dios.

“Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” Juan 6: 68 (RVR 1960)



Comentarios