YO CUMPLIRÉ MIS SUEÑOS
Creo que esta es la frase que más se escucha
en nuestros tiempos. Es natural que tengamos proyectos que cumplir, pero no es
saludable obsesionarnos con cumplirlos.
La humanidad entera nace con expectativas,
sueños y metas que seguir pero estos no siempre se cumplen. Lamentablemente, en
la mayoría de los casos, los hombres basan sus sueños en los otros o por los
otros, buscando ser mejor que el otro. Poner nuestra mirada en los otros, en el
sistema, en la envidia, es una total ruina para la vida de cualquier persona,
porque nunca un título, el dinero o el prestigio te haran mejor que el otro. No
pongas la esperanza en los bienes materiales, ni en nada de lo que este mundo
te ofrezca porque esto es pasajero, más bien sigue el consejo de Dios que
permanece para siempre.
Jesucristo, siendo Dios mismo, vino a enseñarnos
humildad y sumisión a Dios porque no se aferró a su trono sino se hizo como uno
de nosotros, motivado únicamente por el amor a su creación más especial.
Haya,
pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo
en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino
que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 2: 5-8 (RVR 1960)
Si Jesucristo tuvo este sentir ¿Por qué
nuestro corazón sigue encaprichado en querer estar por encima del otro? No
pensemos más de esta manera sino pidámosle perdón a Dios por no honrarlo como
deberíamos.
No busquemos nuestros sueños, ni los sueños
del otro, como prioridad, porque nuestra prioridad es buscar el reino de Dios.
Si en alguna manera tus sueños no están bajo la voluntad de Dios, revelada en
su Palabra, entonces debes renunciar a estos sueños para seguir a Dios, porque
Dios debe ser el primero en tu vida.
“…busquen
primeramente el reino de Dios y su justicia…”
Mateo 6: 33 (NVI)
Comentarios
Publicar un comentario