UNA PALABRA DE ALIENTO
Empiezan a llegar las preocupaciones y nos
ponemos a pensar en el futuro, comparándonos con otros y llegando a la
conclusión de la desesperación. No
sabemos qué hacer, entonces llega la depresión, olvidándonos por completo de
nuestro Salvador. No solo nos olvidemos en esas circunstancias de nuestro Señor
Jesucristo, sino también, por pensar en banalidades, menospreciamos nuestra
labor. Dios te hizo con un propósito especial, mas es imposible que lo conozcas
por ti mismo, porque Dios solo revela su propósito para tu vida en su Palabra.
“La
preocupación agobia a la persona;
una palabra de aliento la anima.”
una palabra de aliento la anima.”
Proverbios
12: 25 (NTV)
La Palabra de Dios es aliento de vida para el
creyente, por lo tanto, en momentos de aflicción, acércate al Señor Jesucristo,
el mejor amigo que puedes tener. Mas no solo te preocupes por ti mismo, sino
sigue el ejemplo de Timoteo, que se preocupaba genuinamente por el bienestar de
la Iglesia. Si recibiste consuelo de Dios, entonces consuela al que aún no ha
recibido consuelo de Dios, para que Dios sea glorificado.
Lo único que debe
asustarte es no hacer la voluntad de Dios. El propósito por el cual fuiste
creado por Dios es para que le honres reconociendo su Santidad. Honra a Dios
obedeciendo sus mandamientos, mas si sigues ignorando las escrituras morirás en
Pecado sin conocer al ÚNICO que hace posible lo imposible. El Espíritu Santo
enseña claramente a sus hijos lo que deben hacer, mas el que no tiene al
Espíritu no tiene vida y todas sus obras son muertas. Cuando llegue de nuevo el
pensamiento – no sé qué hacer- haz
memoria de lo que el Señor ha hecho en ti y de quienes te rodean y glorifícalo,
hónralo y obedécelo, dando acción de gracias. El Señor no desprecia un corazón
contrito y humillado, sino abre los ojos al arrepentido para que tenga genuina
vida en El.
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