POR SUS LLAGAS FUIMOS CURADOS
Joni Eareckson Tada, a la edad de 18 años,
sufrió una fractura cervical que le dejó tetrapléjica. Este accidente le
cambió la vida por completo, pero a diferencia de lo que puedas llegar a
pensar, el Señor permitió que ocurriera este accidente para mostrarle un
milagro más grande en su vida que su sanidad física.
En estos tiempos donde se supone que la
interpretación de la Biblia debería ser la correcta, ocurre lo contrario,
debido a la apostasía que se ha aumentado. Uno de los versículos que muchos han
malinterpretado es:
“Mas
él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
Isaías
53: 5 (RVR1960)
La profecía en este versículo sobre el mesías,
escrita aproximadamente 700 años a.C., predecía que el Mesías padecería para
darnos sanidad. Pero ¿será que se refería a una sanidad física o a una que solo
Él puede darnos?
El Señor le interesa mayormente tu eternidad,
por lo tanto no vino para darte salud física, riquezas, y vanagloria, sino
eternidad. Es aun mayor lo que ofrece Dios que lo que este mundo ofrece. Para
que te quede un poco más claro, lee atentamente el siguiente versículo en la
Nueva Traducción Viviente:
“Todos
nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios
para seguir los nuestros. Sin embargo, el Señor puso sobre
él los pecados de todos nosotros.” Isaías 53: 6 (NTV)
Nosotros nacemos alejados de Dios, enfermos
por el peor cáncer, llamado pecado, por lo tanto seguimos nuestros propios
caminos, lo que nos parece mejor, pero seguiremos extraviados, a no ser que en
verdad creamos que Jesucristo llevó nuestros pecados para darnos paz para con
Dios, libertad del pecado y vida nueva.
Joni Tada se preguntó por mucho tiempo si en
verdad el Señor la amaba, porque no veía que El la sanara de su discapacidad
física, hasta que en verdad comprendió que el Señor quería hacer el milagro más
grande en su vida, el milagro de la Salvación.
Después de obtener la Salvación seguía esperando que el Señor le
concediera sanarla de su discapacidad física, pero el Señor le respondió lo
mismo que a Pablo:
“…Bástate
mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad...”
1
Corintios 12:9 (RVR 1960)
Puede ser que ahora tengas una enfermedad que
por mucho tiempo le has pedido al Señor que te sane y, pareciera que el Señor
no te ha respondido, pero en verdad Dios te ha respondido, dándote algo mejor.
Dios permite muchas enfermedades, sufrimientos y demás para que aprendamos a
depender completamente de su gracia.
Es claro que Jesucristo, mientras estuvo en
esta tierra, no sanó a todos de sus enfermedades físicas, sino solo a algunos
para demostrar al pueblo, por medio de estas señales, que él era el Mesías (lea
Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Jesucristo, la segunda persona de la trinidad,
vino en forma de hombre para rescatarnos del infierno en el que nos
conducíamos.
“Por
tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues
mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea
echado al infierno.” Mateo 5: 29(RVR1960)
No es necesario que te quites la parte de tu
cuerpo que te hace pecar sino debes ocuparte primeramente por las cosas eternas
que por lo efímero de este mundo.
“Porque
el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el
Espíritu Santo.” Romanos 14: 17(LBLA)
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