NO LE TEMAS A SATANÁS
Muchos cristianos ven a satanás en todas
partes y andan con mucho miedo, pensando que les pueda hacer daño. La iglesia
debe entender que satanás no tiene ningún poder sobre los hijos de Dios porque
el poder que tiene es controlado por Dios.
El verdadero y único Dios está por encima del
dios de este siglo (2 corintios 4: 4), el príncipe de los demonios (mateo 12:
24), satanás y todos sus demonios.
“Entonces
Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios
adorarás, y a él sólo servirás.” Mateo 4: 10(RVR 1960)
Esto no significa que Dios este de acuerdo o en
alianza con satanás porque la naturaleza de satanás es completamente
pecaminosa, contraria a la santidad de Dios. Este demonio con todos sus aliados
fueron ya juzgados (2 Pedro 2: 4), no hay salvación para ellos, como muchos
afirman, porque su destino es la prisión eterna en el fondo de las tinieblas
para el día de juicio (lea el libro de Judas). La iglesia no le debe temer a
alguien que ya ha sido juzgado por Dios, que ya ha sido derrotado por la
victoria de Jesucristo, en su muerte, sepultura y resurrección.
Dios creó un querubín grande, protector, que
estaba en el monte de Dios, aun en el huerto del Edén estuvo. Era perfecto en
todos sus caminos, desde el día en que fue creado hasta que se halló maldad en
él. Este querubín se enalteció a causa de su hermosura, corrompió su sabiduría
a causa de su esplendor, por lo tanto Dios lo echó de su monte (Ezequiel 28:
13-19). El nombre de este ser que para siempre dejara de ser, es comúnmente
conocido como satanás, que quiere decir “el
adversario”. Este es “el acusador”
que anda vagando por la tierra (Job 1: 7) buscando hacer tropezar a la iglesia
de Dios para acusarla delante de Dios. Este es el que engañó a Eva en el
huerto, haciéndole creer el mismo engaño en el que este maligno ser anda: el ser igual a Dios. Muchos falsos
siervos de Dios andan sembrando en el mundo este mismo engaño, diciendo en su
corazón “Subiré al cielo; en lo alto,
junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio
me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré,
y seré semejante al Altísimo.” Isaías 14: 13-14 (RVR 1960). Los anticristos
han vagado por el mundo bajo este mismo lema, sin temor alguno de Dios porque
se hacen llamar a sí mismos “dioses”.
Ningún miedo tienes que tenerle a satanás,
porque ninguna autoridad tiene sobre ti, y no hay nada que el haga que el Señor
no haya ordenado anteriormente en su soberanía. Dios es soberano y tiene el
control de absolutamente todo, aun de lo que no podemos ni entender, porque sus
pensamientos no son nuestros pensamientos ni sus caminos nuestros caminos. Aun
así, no ignoremos las maquinaciones de satanás, el cual quiere destruirnos y
dividirnos como Iglesia; más bien conduzcámonos en amor unos con otros,
derrotemos el orgullo con la humildad, perdonémonos sin reservas, sin ninguna
semilla de rencor sino del amor de Dios, para que la gracia del Señor
sobreabunde en nuestros corazones (lea 2 Corintios 2: 5:11).
No tengamos miedo de quienes sirven a satanás,
de quienes han enaltecido su corazón, de quienes pueden matar el cuerpo, porque
solo eso pueden hacer; más bien temamos y honremos al Dios trino (Padre, Hijo y
Espíritu Santo) que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
“Dijo
también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos
como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez
vuelto, confirma a tus hermanos”
Lucas
22: 31-32 (RVR 1960)
Para poder vencer frente al ataque de satanás
sigamos la dirección de Dios: “Sométanse,
pues, a Dios y resistan al diablo, que no tendrá más remedio que huir.”
(Santiago 4: 7(BLPH)). Mantente firme con la armadura de Dios (Efesios 6:
10-18) para que cuando llegue el día malo puedas resistir hasta el fin con
firmeza.
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