LOS HOMOSEXUALES NO ENTRARAN AL REINO DE LOS CIELOS


“¿No saben ustedes que los que cometen injusticias no tendrán parte en el reino de Dios? No se dejen engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que se entregan a la prostitución, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los que roban, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los ladrones.”
1 Corintios 6: 9-10 (DHH)
Estos versículos de la Biblia nos enseñan que la homosexualidad es contraria a la santidad de Dios, como lo son todos los demás actos vergonzosos. Los homosexuales son pecadores que no entraran al reino de los cielos, así como los idolatras, los adúlteros, los avaros, etc.
Muchos religiosos, filósofos, humanistas, hombres necios, que usan una máscara de piedad para hacer lo malo, afirman, así como hizo Juan Vicente Córdoba, líder religioso de la secta católica:
“No porque se es homosexual se es pecador porque hay heterosexuales pecadores y esa condición de homosexual no es la que marca el pecado. Ser homosexuales no es ni bueno, ni malo, ni enfermo, ni sano. Un homosexual puede ser santo”
La religión católica es tan “universalmente aceptada” porque en toda su historia ha buscado moldearse, acoplarse a las costumbres detestables de una nación, y de una época, a fin de satisfacer a la mayoría sin importarle que eso le lleve a deshonrar el nombre de Dios. Esta religión, como todas las demás, ha manipulado la verdad de Dios para hacer lo malo. Un homosexual nunca podrá ser santo, pero si podrá ser salvo, si en verdad se arrepiente de su maldad acercándose a Dios por medio de la Obra Redentora de Jesucristo y, cuando Dios salva a un pecador lo santifica, pero nunca lo contrario.
Como nuevos individuos damos gracias a Dios que nos rescató de la muerte en la que antes andábamos, porque nuestras obras nunca podrían salvarnos sino solo su mérito, solamente por su gracia es que somos salvos.
Estamos convencidos por el Espíritu Santo, quien nos afirma en su Palabra, que en el reino de Dios no entraran idolatras sino ex-idolatras, no entraran adúlteros sino ex-adúlteros, no entraran homosexuales sino ex-homosexuales.
“Porque antes también nosotros éramos insensatos y rebeldes; andábamos perdidos y éramos esclavos de toda clase de deseos y placeres. Vivíamos en maldad y envidia, odiados y odiándonos unos a otros. Pero Dios nuestro Salvador mostró su bondad y su amor por la humanidad, y, sin que nosotros hubiéramos hecho nada bueno, por pura misericordia nos salvó lavándonos y regenerándonos, y dándonos nueva vida por el Espíritu Santo. Pues por medio de Jesucristo nuestro Salvador nos dio en abundancia el Espíritu Santo, para que, después de hacernos justos por su bondad, tengamos la esperanza de recibir en herencia la vida eterna.”

Tito 3: 3-7 (DHH)

Comentarios