LAS PRUEBAS


Las pruebas son un proceso que todos tenemos que enfrentar, a unos llevara a la victoria pero a otros al fracaso. Dios dice en su Palabra que nos prueba como al oro.
“Mas él conoce mi camino;
Me probará, y saldré como oro.”
Job 23: 10 (RVR 1960)
¿Sabes cómo se prueba el oro? El oro se prueba a través del frote, del maltrato con otras piezas, que revelaran si realmente sus propiedades corresponden al del oro. También, es muy usual, untarlo de ácido clorhídrico o sulfúrico a fin de que se revele como oro puro, si este no se disuelve al contacto con el ácido, es decir si se mantiene intacto ante el sufrimiento que llega a producir el ácido. Así es como Dios nos prueba y es en la batalla final o en la tormenta más fuerte que se conocerá si realmente estas con Dios, siendo parte de sus tesoros, o tan solo eres un metal que aparentaba ser oro.
Las pruebas son muy necesarias en nuestras vidas porque vienen como tormentas o vientos fuertes que sacan de nuestras vidas las hojas y ramas secas que para nada son de provecho.
LAS PRUEBAS SON PARTE DE LA VIDA
La idea de que el nacimiento y la muerte son un sueño y un olvido, como lo decía William Osler, es el pensamiento de quien ha llegado al final de sus días sin experimentar un cambio real en su vida. Las obras del hombre y el lenguaje que produce, provienen de su pensamiento, y te aseguro que el pensar del hombre natural[1] es asqueroso, repugnante y egoísta desde su nacimiento, solo hasta que experimente un verdadero cambio en su vida, por medio de Jesucristo, podrá ver con los ojos de Cristo y amar a quienes le hicieron daño, como a quienes no, no haciendo acepción de personas, porque ha podido adquirir el verdadero amor y esto, por medio de Jesucristo, nos lleva a vivir una vida sobrenatural que nunca experimentara la muerte, porque cuando termine su proceso en la tierra significara que comenzara uno nuevo y eterno con Dios, mas no significa que lo vivido en este mundo que nos rodea es en vano, pues cada día que Dios nos da es un empezar nuevo y, por ello, debemos disfrutarlo sin que el ambiente que nos rodea lo impida. Tampoco creas que puedas hacer lo que quieras y no recibirás castigo por ello, no te engañes: siembras para vida eterna recogerás para vida eterna siembras para muerte recogerás muerte.
Las pruebas mientras son enfrentadas te pueden dar sufrimiento pero es un sufrimiento que no durara para siempre. En el proceso del surgimiento de una nueva vida hay sufrimiento y en el momento antes de morir hay sufrimiento, esto concluye diciéndonos que el sufrimiento es parte de la vida y, debe asimilarse para llegar a nuevas vidas, y para terminar también la propia. Este sufrimiento, no es de muerte sino es de vida, es el mismo que experimenta la madre cuando da a luz, es un sufrir que no produce tristeza sino dolor, un dolor natural que está encaminado a mirar con fe, sabiendo que esto producirá algo bueno.
Es necesario que cada oveja del rebaño del Señor crezca a través de las pruebas (léase Santiago) y por ello es importante tener en cuenta:
ü  Prepararnos para recibir la prueba
ü  Pasar la prueba con gozo
ü  Pedir sabiduría
ü  Aceptar nuestra condición
ü  Tener perseverancia
¿Estás tan seguro, como Job, de que aunque pases por sufrimiento saldrás como oro porque tu confianza esta puesta en Dios? Si no es así, entonces deja atrás lo que te impide seguir a Cristo y entrégale toda tu vida a Él.


[1] El hombre natural, como dice 1 Corintios 2:14, es aquel que no percibe ni entiende las cosas que son del Espíritu de Dios.

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