LA RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES
Ser padre o ser madre no es solo tener un hijo
sino es criarlo y educarlo en la Palabra de Verdad, la Biblia. La felicidad de
tener un hijo, esa alegría que muchas madres tienen por tener en su barriga a
un ser vivo también debe llevarlas a pensar, durante su proceso de embarazo, el
tiempo que va requerir el niño para ser instruido, corregido, atendido en base
a la Palabra de Dios, un tiempo que no debe ser atribuido a ningún otro que al
padre y a la madre.
Las escuelas dominicales, el colegio, los
jardines y las guarderías son lugares que desastrosamente han sido el lugar de
crianza de muchos niños, porque los padres han preferido sacrificarse en el
trabajo, en el estudio, pensando en el materialismo, como lo más importante en
un niño, que en el amor. Nadie puede reemplazar la responsabilidad de un padre
y de una madre, y de ello rendirán cuentas delante de Dios todos los padres y
todas las madres.
La madre o el padre que no asume su
responsabilidad, en su hogar, no tienen verdadero temor del Señor, porque de
tenerlo obedecerían el mandamiento:
“…vosotros, padres,
no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e
instrucción del Señor.”
Efesios 6: 4 (RVR 1960)
El mandamiento es claro: criar en la
disciplina e instrucción que el Señor ha dejado en la Biblia. Para ser padre
hay que entender que sin obediencia a Dios no hay familia, hogar, amor, paz y
verdadera dirección.
Israel tenía un mandamiento que obedecer, un
mandamiento que guío a generaciones enteras en el conocimiento de la Verdad:
“Escucha,
Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama
al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas
tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te
mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando
estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te
levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una
marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus
ciudades.”
Deuteronomio
4:6-9 (NVI)
Este mandamiento debe ser la dirección del
padre y de la madre que quiere que su familia sea agradable a Dios, porque si
los padres no son los primeros educadores de sus hijos, de seguro que otro lo
será y, ese otro, muy probablemente, serán las tecnologías, esas tecnologías
que están infestadas de confusión, mentiras, engaños de placer, etc., o un
profesor que blasfema el nombre de Dios o, aun, el entorno que lo rodea. Pero
si el padre y la madre cumplen con cabalidad el mandamiento del Señor,
instruyendo a sus hijos en el camino de verdad, entonces de seguro que tendrán
la promesa de Dios, que dice:
“Instruye
al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Proverbios
22: 6 (RVR 1960)
Instruye al niño en la palabra de Dios, y
podrás tener la seguridad de no temer cuando fuere adulto porque tomara las
mejores decisiones en su vida.
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