LA OBRA DE LA TRINIDAD


Claramente el nacimiento de Jesucristo era una obra de la Trinidad para la eternidad, por ejemplo, no es casualidad que tres hombres sabios le hubieran ofrecido tres regalos (oro, incienso y mirra) a Jesús. Dios había durado seis días creando y organizando el universo pero treinta años construyendo el puente de Vida Eterna para el hombre. Como Noé construyó el arca para la salvación de su familia, Dios construyó el arca para salvación a los perdidos y fue probada por cuarenta días y cuarenta noches, no en aguas como el arca de Noé, sino en el desierto a través de las tentaciones que ahogaron al hombre. Después de estos cuarenta días y cuarenta noches Jesucristo venció al tentador demostrando ser Dios sobre todo y sobre todos. Jesucristo anunció su llegada y el establecimiento de su Reino en la tierra por tres años, mas el propósito principal de venir en forma humana fue ir al calvario para dejar clavados en la cruz nuestras maldades pasadas, presentes y futuras. Mas no se quedó en una tumba sino completó su Perfecta Obra de amor a los tres días siguientes, cuando resucitó por el poder de Dios, para entregarnos la victoria frente a la muerte, dándonos también la esperanza de nuestra resurrección. Muchos escucharon las enseñanzas y vieron los milagros de Jesucristo, también muchos presenciaron la muerte de Jesucristo, su sepultura y su resurrección, mas solo fueron los discípulos de Jesucristo los que recibieron la promesa del Espíritu Santo y la orden de ir y hacer discípulos en todas las naciones. Jesucristo ascendió a los cielos para sentarse a la diestra del Padre a fin de interceder por nosotros ante el Padre y enviar al Espíritu Santo a morar en los corazones de quienes creyendo en Jesucristo se han arrepentido de todos sus pecados.
Pablo en Romanos 1:7, en 1 Corintios 1:3, en 2 Corintios 1:2, en Efesios 1:2, en Filipenses 1:2, en 2 Tesalonicenses 1:2 y en Filemón 1:3,  dando como introducción a las cartas que daba a estas iglesias afirma lo siguiente:
“DIOS NUESTRO PADRE, Y EL SEÑOR JESUCRISTO”

Es obvio que quería recalcar a quien servía, a Dios Padre y, claro, menciona al Señor Jesucristo, quienes junto con el Espíritu Santo son Dios, Santísima Trinidad. Trinidad es tri-unidad, que significa tres en uno.

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