HEDONISMO CRISTIANO
“El Hedonismo Cristiano enseña que
el deseo de ser feliz es dado por Dios y no debe ser negado o resistido, sino
dirigido a Dios para satisfacción. El Hedonismo Cristiano no dice que
cualquier cosa que te guste es buena. Dice que Dios te ha mostrado lo
que es bueno y el hacerlo debe traerte gozo (Miqueas 6:8)…” [1]
El
hedonismo en sí mismo es originado como una doctrina filosófica que se basa en
la búsqueda del placer y la supresión del dolor. La palabra hedonismo se
conforma por dos partes: “hedone” que es sinónimo de placer e “ismos” que
significa doctrina o cualidad. Esta doctrina fue originalmente bautizada por
Aristipo de Cirene, discípulo de Sócrates, quien identificaba el bien con el
placer.
La
búsqueda de la felicidad o del placer es el camino que todo hombre busca porque
hay verdadera tristeza en su vida. El hedonismo es una doctrina que por sí
misma enseña que la felicidad es lo único que importa, por eso cuando pensamos
en la palabra hedonismo la relacionamos inmediatamente con la naturaleza
egocéntrica del hombre. Mas cuando hablamos de hedonismo cristiano parece una
contradicción entre dos palabras.
El
hedonismo cristiano es el título que John Pipper dio para referirse a la
satisfacción que produce seguir a Jesucristo, una satisfacción que es mayor que
la felicidad porque perdura para siempre. Es el gozo que debemos tener sabiendo
que Dios no quiere solo que le obedezcamos sino que lo hagamos con un corazón
dispuesto, lleno de gozo y de alegría.
“Deléitate asimismo en Jehová, y él
te concederá las peticiones de tu corazón.” Salmos 37: 4 (RVR 1960)
Aun
así, el llamado “hedonismo cristiano” debe ser puesto a la luz de la Palabra,
no excluyendo las palabras que Jesucristo dijo a todos después de alimentar a
miles de personas en un lugar apartado, llamado Betsaida:
“Y decía a todos: Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” Lucas 9: 23 (RVR 1960)
No
debemos buscar el placer sino el hacer la voluntad de Dios. La voluntad de Dios
es contraria a la nuestra por lo tanto debemos tomar nuestra cruz y dejar
clavados allí nuestros propios deseos para hacer la voluntad de Dios. En verdad
agradara a nuestra vida seguir la voluntad de Dios porque es el propósito para
el que fuimos creados, pero antes de seguir a Jesucristo y disfrutar de sus
bendiciones debemos entender que no podremos seguirle si no nos negamos a
nosotros mismos.
Nos debemos regocijar solamente en el Señor, y
entender como jóvenes más que vencedores que estamos caminando contra la
corriente de los vanos deseos, de la lujuria, del egoísmo, de lo que encierra
todo aquello que se llama pecado. Somos jóvenes diferentes al joven natural que
no confía en Dios, porque precisamente es la fe en Jesucristo la que nos ha
hecho diferentes.
[1] Pipper, John. Fecha de consulta: 29 de junio.
Hedonismo Cristiano (en línea). Disponible en
“http://www.desiringgod.org/sermons/the-happiness-of-god-foundation-for-christian-hedonism?lang=esm”
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