HAZ TU PARTE
Madre, padre, hijo, hija, hermano, hermana,
esposo o esposa: haz tu parte. Un día tendremos que dar cuentas a Dios de todo
lo que hicimos, sea bueno o sea malo, por lo tanto ocupémonos de lo que nos
corresponde a cada uno de nosotros en vez de juzgar al otro.
No puedes fijarte en el error del otro antes
que en el tuyo porque eso es darle poca importancia a la gravedad de tu error,
y hacer esto te vuelve hipócrita (lee mateo 7:1-5). Primeramente debes
reconocer tu error, arrepintiéndote delante de Dios y recibiendo el don de Dios
concedido por medio de la obra de Jesucristo, al tomar el lugar que te
correspondía (la condenación), para darte nueva vida por medio de su
resurrección. Si en verdad has recibido la gracia de Dios entonces debes seguir
las pisadas de Jesucristo, andando como El anduvo.
“Porque
para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por
vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas”
1
Pedro 2: 21 (LBLA)
Jesucristo nos dejó ejemplo para que nosotros
sigamos su ejemplo. El no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en su boca
sino en todo fue perfecto. Tu parte es no engañar a nadie y no cometer pecado alguno.
Cuando le trataban con desprecio no respondía de la misma manera, y cuando
sufría injurias no amenazaba sino se encomendaba a aquel que juzga con
justicia. Tu parte es no responder con odio al que te odia, ni amenazar al que
te trae aflicción sino seguir el ejemplo de Jesucristo encomendando a Dios tu
causa porque solo en El hay justicia.
Seguir las pisadas de Jesucristo es imposible
para el hombre porque la naturaleza del hombre esta corrompida. No seguir a
Jesucristo es pecado y también es evidencia de que el hombre necesita ser
perdonado, redimido, hecho una nueva criatura, a fin de poder agradar a Dios en
todo, por eso Jesucristo no solo nos dio ejemplo sino también nos dio nueva
vida a fin de que podamos seguir su ejemplo.
“El mismo llevó nuestros pecados en su
cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a
la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados. Pues vosotros
andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de
vuestras almas.” 1 Pedro 2: 24-25 (LBLA)
Comentarios
Publicar un comentario