¡EL MUNDO ESTA LLENO DE CORRUPCIÓN!

Cuando escuchamos la palabra corrupción lo primero que se viene a nuestra mente es nuestro gobierno y, más si estamos en una nación en donde vemos tanto abuso de poder, pero ellos no son los únicos que comenten corrupción, la única diferencia entre ellos y nosotros es que ellos hacen parte del gobierno.

El abuso de poder y las malas conductas generadas por el egoísmo, son la definición del corazón del hombre desde su nacimiento, es decir, todos somos corruptos, somos unos asesinos en potencia, fornicarios, monstruos y todo lo malo que ocasiona la corrupción si estamos alejados de la gracia de Dios. Dios no creó al hombre así, Dios le dio al hombre autoridad, pero el hombre se dejó llevar por el egoísmo, abusando de lo que Dios le dio.

“El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto. La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, Generación torcida y perversa. ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? El te hizo y te estableció.”

Deuteronomio 32:4-6 (RVR 1960)

Dios es bueno, Él es perfecto y toda su obra es perfecta. Dios te creo a ti y no tú a ti mismo, por lo tanto arrepiéntete y reconócelo en todos tus caminos, para que cambie tu vida, llena de corrupción, por una nueva vida.

Jesucristo, Dios mismo, habitó entre nosotros como hombre pero, a diferencia de nosotros, El nunca vio corrupción. Él fue santo y perfecto en todo lo que hizo y solo por medio de El podemos llegar a tener una vida santa.

Jesucristo murió en la cruz por amor a nosotros. Él tomó todos nuestros pecados, dejándolos sepultados para siempre, a fin de que podamos morir al Pecado, mas resucitó al tercer día para que podamos vivir nueva vida (léase Romanos 2:22-47). Cree en Jesucristo arrepintiéndote de todos sus pecados.

“Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.”

Romanos 8:21 (RVR 1960)