ADICCIONES EN LA JUVENTUD
Las
adicciones son hábitos que dominan al ser humano, haciéndole perder la cordura
frente a cualquier situación. Todo tipo de adicción es dañina para nuestra
salud física, emocional y espiritual, pues es hacerse esclavo de un amo llamado
dinero, drogas, cigarrillos o cualquier otra cosa que no nos permite disfrutar
de una verdadera libertad.
Muchas
entidades y ministerios gubernamentales, en la actualidad, desempañan diversas funciones
para trabajar con la comunidad en la prevención y localización de adicciones.
Gobernadores y dirigentes políticos de todo el mundo califican a las adicciones
como un flagelo o tortura, tanto para el individuo que la practica como para la
sociedad. No solo inquieta o entristece ver el aumento del consumo de drogas,
tabaco o alcohol sino el que muchos jóvenes lo propagan entre sus escuelas,
universidades, etc.
Estadísticas
que han hecho organizaciones gubernamentales demuestran el descontrolable aumento
de adicciones en los jóvenes:
-
en casi el 35% de colegios públicos hay venta de
drogas
-
uno de cada 10 jóvenes consume cocaína, dos de cada 10
consume marihuana y más de ocho de cada 10 consume alcohol.
Esta
realidad golpea fuertemente a nuestra sociedad, pero no debemos permitir que
este tumor social siga desarrollándose, por lo tanto dejemos de discutir en
quienes son los causantes del aumento de estas adicciones y preguntémonos que vuelve adicto a la juventud.
Esta pregunta nos involucra a todos y por tanto debemos aceptar que todos somos
responsables de estos datos tan dolorosos.
Tan
alarmante situación será superada cuando empecemos a mantener principios claros
y no negociables en nuestra sociedad y en nuestras propias vidas. Estos
principios que fueron establecidos por Dios en la Biblia solo serán posibles
cumplirlos en amor cuando permitamos a Dios gobernar todas las áreas de nuestra
vida.
Debemos
impactar a las naciones del mundo entero con nuestro ejemplo de integridad para
que todos sepan que nuestra vida fue cambiada por el poder de Dios y no por
nuestras propias fuerzas o pensamientos.
“Del mismo modo, ustedes hombres
más jóvenes tienen que aceptar la autoridad de los ancianos. Y todos sírvanse
unos a otros con humildad, porque «Dios se opone a los
orgulloso pero muestra su favor a los humildes». Así que humíllense
ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con
honor. Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios,
porque él cuida de ustedes.”
1 Pedro 5:5-7 (NTV)
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