ABUSO EN LAS “IGLESIAS”



El abuso espiritual ocurre cuando un líder se resguarda de su autoridad como líder para ordenar lo que quiera a sus subordinados. Hay muchas características que distinguen a un líder abusivo, unas son muy evidentes y otras son más complicadas de ver, por ejemplo:
-          Ellos dicen tener una relación única y particular con Dios
-          Hacen creer a sus seguidores que por seguirlo a él, están obedeciendo a Dios, es decir, convencen a sus seguidores que seguirlo a él es como seguir a Dios
-          Actúan en rebeldía, no quiere tener autoridades por encima, ni a quien rendirle cuentas
-          Critican constantemente a otros líderes o ministerios
Si estas características son consecuentes en una persona significa que es un líder abusivo, es decir un líder que abusa de su autoridad espiritual para controlar a la gente y guiarla, no a Cristo sino a sus propios deseos. Para que allá un líder como este deben haber víctimas, en este caso las víctimas o los subordinados por este líder abusivo, presentan estas características:
-          Buscan complacer al líder, pues piensan que haciendo esto, están agradando a Dios
-          Cuando están a solas piensan que su líder los está viendo, es decir se sienten constantemente vigilados por su líder
-          Se involucran tanto en el ministerio del líder que empiezan a descuidar a su familia, dando el primer lugar de su vida al líder
Muchas de estas personas no reconocen ser víctimas de este líder abusivo, por el contrario negaran tal cosa y andarán a la defensiva de quien diga o pretenda decir algo semejante a esto. Ellos deben pasar por un proceso que les lleve asimilar su situación de víctima, luego de ello tendrán que tener un periodo de recuperación que se demorará un tiempo indefinido. Para que la víctima tenga un proceso satisfactorio debe ser aconsejado por un consejero y otro líder, quienes deben, con mucho cuidado, buscar que la víctima este completamente recuperada. Esto solo podrá lograrse con mucha paciencia y el amor de Jesucristo.
Estas situaciones se están presentando con mucha regularidad en nuestras congregaciones, mas nosotros no podemos quedarnos callados mirando cómo le hacen daño a nuestro prójimo, sino por el amor que hemos recibido de Dios tenemos que asumir la responsabilidad de lidiar con el problema, para que el pecador sea salvo de su error y la iglesia sea fortalecida para enfrentar las asechanzas del diablo.
“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.”
Efesios 6:11 (RVR 1960)
Defendamos el evangelio, no dejándonos engañar por ninguno que anuncia algo diferente a lo que la Palabra de Dios dice.

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