TAN PEQUEÑA COMO UNA SEMILLA DE MOSTAZA
Jesucristo enseñaba a su
pueblo por medio de parábolas. Las parábolas, son ejemplos, comparaciones
alegorías en las que, partiendo de una realidad sensible, se comunica un
mensaje[1]. El mensaje de Jesucristo no era uno
cualquiera sino uno poderoso, espiritual y celestial, el único que transforma
al hombre que cree.
Jesucristo, después de
explicar la parábola del sembrador y de referirle la parábola del trigo y la
cizaña a su pueblo, les comunica otro mensaje poderoso, diciéndoles:
“El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza
que un hombre tomó y sembró en su campo. Esta es a la verdad la más pequeña de
todas las semillas, pero cuando ha crecido es la mayor de las hortalizas y se
hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus
ramas”
Mateo 13: 31-32 (RVR 1995)
La mostaza es una planta que
al crecer puede alcanzar hasta 2 metros de altura, pero su semilla sí que es
verdaderamente pequeña, mide alrededor de 1 o 2 mm de diámetro. Es sorprendente
que el reino de los cielos es comparado a una semilla de mostaza que es
sembrada en el corazón del ser humano pero que crece dos mil veces más de su
tamaño inicial, convirtiéndose en un árbol grande y frondoso.
La fe que salva al hombre
proviene del oír con fe la sencilla palabra de Dios. Es tan simple, tan pequeña
pero tan poderosa la fe que puede convertir a un pecador en un santo hombre de
Dios, así como la semilla de mostaza se convierte en una gran hortaliza.
El reino de los cielos se ha
acercado, decía Jesucristo mientras estuvo en esta tierra, pero ¿a qué se hacía
referencia al decir el reino de los cielos? El reino de los cielos es la
representación del único Dios verdadero, de la Santísima Trinidad, que estaba
siendo representada por Jesucristo. Jesucristo es el mensaje de cada parábola
enseñada, es el centro del evangelio, es la semilla de mostaza depositada en el
corazón del que cree.
El mensaje de la parábola de
la semilla de mostaza es el evangelio que nos enseña que el que cree en
Jesucristo, recibiendo su Palabra, ha nacido de nuevo y su crecimiento será mil
veces mayor que su nuevo nacimiento, en plenitud eterna.
[1]
Parábolas. Concordancia temática de La Santa Biblia. Versión Reina Valera 1995.
Edición de Estudio. Página 23.
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