NO ES UN CUENTO DE HADAS
La Biblia no es un
libro más con hermosas historias para contarle a niños, sino es real, es viva y
es poder de Dios.
Escuchar el mensaje de
la Biblia sin temor alguno es no escucharla bien, porque sus palabras ofenden
los pensamientos malignos del pecador. No consiente a ningún hombre sino juzga
justamente el camino de los hombres.
No todo es tan hermoso
como Hollywood nos lo ha querido enseñar, existen baches en la vida, momentos
de angustia y aflicción, enfermedades dolorosas, sentimientos que nos deprimen,
confusión que nos enceguece. Son todos estos quebrantamientos reales, tan
reales son como la Biblia.
El Señor nos enseña en
la Biblia dos caminos, el camino del hombre y el de Dios. El hombre es malo
desde su nacimiento, no hay corrección que lo haga razonar, por lo tanto, es
perversidad su caminar. Mas el camino de Dios es perfecto, angosto, pero el único
que lleva a la vida eterna. El camino de Dios tiene nombre, se llama
Jesucristo.
Los profesores y
padres que son los que imparten educación a los
niños, una nueva generación, tienen la responsabilidad de no seguir enseñando
la Biblia como un cuento de hadas sino como la verdadera palabra de Dios que
produce fe en el oyente que la acepta. Esta fe es el don de Dios que puede
salvar a nuestras naciones de tan terribles opresiones que el sistema está
causando.
El sufrimiento, la persecución y el
hambre son algunos de los padecimientos que puede experimentar cualquier ser
humano, pero serán infructuosos, sin propósito, si no llevan al hombre al
arrepentimiento y a fortalecer la relación con su Creador. Es importante que
comprendas la realidad de todas las circunstancias, no es una mentira nuestra
vida, ni nuestras acciones, sino que todas serán juzgadas por el Señor. Es
necesario que lo entiendas ahora, antes que llegue el día del juicio y ya no existe
esperanza alguna para ti.
“El
Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo
y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas ni es
honrado por manos de hombres, como si necesitara de algo, pues él es quien da a
todos vida, aliento y todas las cosas.
De
una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres para que habiten sobre toda
la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites
de su habitación, para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando,
puedan hallarlo, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros, porque
en él vivimos, nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas
también han dicho: “Porque linaje suyo somos.” Siendo, pues, linaje de
Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o
piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo
pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres
en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el
cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó,
acreditándolo ante todos al haberlo levantado de los muertos.”
Hechos 17: 24-31 (RVR 1995)
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