LOS QUE VENCEN AL MUNDO
Que estúpido y ridículo es
este sistema en el que nos hemos enredado, todo por el que dirán de las
personas o por no tener carácter para ir en contra de sus caprichos. Pero ¡OJO!
No nos creamos tan buenos, porque así han muerto muchos, más bien reconozcamos
que llevamos esa porquería de sistema en nosotros mismo, pues, aunque hayamos creído
en Jesucristo seguimos habitando en un cuerpo de maldad que tiene la tendencia
de irse hacia el mal, por lo tanto, no seamos ignorantes frente al artimañas
del enemigo, sino seamos valientes creyéndole a Jesucristo antes que a esta
ingrata sociedad.
Las etiquetas y clasificaciones
es el accionar de una sociedad corrompida que es guiada bajo una competencia
malintencionada llevando a que las personas solo busquen estar por encima de
los demás. El orgullo, la vanagloria, la arrogancia y la vanidad son los
valores de quienes son esclavos de la cultura de la hipocresía que ha invadido
a cada nación de los cinco continentes del planeta. Mas la humildad, sencillez,
templanza, benignidad, bondad y la fe, entre muchas otras características del
fruto del espíritu, es la esencia de quien vence al mundo. Entonces ¿Quién es
el que vence al mundo?
“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y
esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” 1 Juan 5: 4 (RVR 1960)
Los hijos de Dios, aquellos
que han nacido de nuevo, son quienes vencen al mundo porque han creído en
Jesucristo. Es necesario que quienes siguen esclavos a este sistema reconozcan
a Jesucristo en cada versículo de la Biblia, dejando a un lado tanta hipocresía
y religiosidad para unirse de corazón, cuerpo, alma y espíritu al Señor Dios
Todopoderoso, en la obra redentora incomparable e inigualable de Jesucristo,
nuestro Dios y Salvador.
Las tropas del Señor
Todopoderoso que están sobre esta tierra tienen que unirse a una misma voz, no
para pelear contra las personas que son esclavas de este sistema, sino contra
el mal que los gobierna, “porque no
tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6: 12
(RVR 1960))
La victoria contra el mal la
tenemos al hacer el bien que Dios nos demanda, entonces estemos atentos para no
caer en los engaños de satanás que quiere vernos destruidos, sino seamos
obedientes como hijos que en verdad aman a su Padre Celestial, haciendo lo que
Él nos demanda, no lo que en nuestros vanos y asquerosos apetitos deseamos.
Las naciones necesitan
conocer ahora mismo que Jesucristo es el Señor porque de no hacerlo ya,
entonces tendrán que hacerlo cuando El venga y ya no habrá oportunidades para
que sean aceptados por El. No importa el contexto en el que te encuentras, si
no reconoces tu necesidad de Jesucristo, de reconciliarte con Dios, entonces
morirás inevitablemente en el peor lugar habido y por haber en todas las
esferas que componen el magnífico universo que el Creador diseñó.
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