LOS OTROS NO TIENEN LA CULPA



Como seres humanos tenemos una mala costumbre de echarle la culpa de nuestros errores a los demás. Es muy común escuchar – es que la sociedad me hizo así-, -no le pago los impuestos al gobierno porque ellos son unos ladrones-, o cosas semejantes que tienen en común la irresponsabilidad, por no asumir el costo de los errores.
Es necesario que reconozcas que un día, no sabemos cuándo, tendrás que presentarte delante de Dios para rendir cuentas con respecto a lo que hiciste en tu vida. En la Biblia, el Señor nos enseña la historia de un hombre, con mucho poder adquisitivo que, quizás hacia buenas obras, pero nunca le creyó a Dios, por lo tanto, murió sin recibir la salvación de Jesucristo.
“Jesús dijo: «Había un hombre rico que se vestía con gran esplendor en púrpura y lino de la más alta calidad y vivía rodeado de lujos. Tirado a la puerta de su casa había un hombre pobre llamado Lázaro, quien estaba cubierto de llagas. Mientras Lázaro estaba tendido, deseando comer las sobras de la mesa del hombre rico, los perros venían y le lamían las llagas abiertas. Con el tiempo, el hombre pobre murió, y los ángeles lo llevaron a estar con Abraham. El hombre rico también murió y fue enterrado, y su alma fue al lugar de los muertos. Allí, en medio del tormento, vio a Abraham a lo lejos con Lázaro junto a él. El hombre rico gritó: “¡Padre Abraham, ten piedad! Envíame a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua. Estoy en angustia en estas llamas”. Abraham le dijo: “Hijo, recuerda que tuviste todo lo que quisiste durante tu vida, y Lázaro no tuvo nada. Ahora él está aquí recibiendo consuelo y tú estás en angustia. Además, hay un gran abismo que nos separa. Ninguno de nosotros puede cruzar hasta allí, y ninguno de ustedes puede cruzar hasta aquí”. Entonces el hombre rico dijo: “Por favor, padre Abraham, al menos envíalo a la casa de mi padre. Tengo cinco hermanos y quiero advertirles que no terminen en este lugar de tormento”. Abraham le dijo: “Moisés y los profetas ya les advirtieron. Tus hermanos pueden leer lo que ellos escribieron”. El hombre rico respondió: “¡No, padre Abraham! Pero si se le envía a alguien de los muertos ellos se arrepentirán de sus pecados y volverán a Dios”. Pero Abraham le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se persuadirán por más que alguno se levantara de los muertos”».” Lucas 16: 19-31 (NTV)
Cada persona en este planeta ha escuchado o escuchara el mensaje de Dios, el de arrepentimiento, reconciliación, redención y regeneración. Pero no todas las personas le han creído y muchas no le creerán, aunque los mismos muertos se levanten a anunciarles lo que ocurrirá después de la muerte. Espero que no seas de aquellos que terminaran en este lugar de tormento, sino que en tu corazón este el sincero arrepentimiento delante de Dios, siendo tu esperanza en la reconciliación ofrecida por Jesucristo gracias a su muerte, sepultura y resurrección.


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