LA VIDA ES UN EXAMEN



La vida es un examen lleno de pistas. Estamos enfrentándonos continuamente a diversas circunstancias que nos van encaminando a la respuesta de cada pregunta de este examen. Y resolver acertadamente este examen es solamente cuestión de un milagro en nuestra vida porque somos faltos de entendimiento aun para poder discernir entre lo agradable y desagradable para Dios.
“En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las revelaste a los niños”
Mateo 11: 25 (RVR 1977)
El Señor ha ocultado las respuestas de este examen a los que se creen sabios y entendidos (orgullosos de corazón) y se las ha revelado a los niños. Los niños, en este contexto, son sinónimo de sencillez, de humildad, y de fe no fingida.
Los maestros, de todo tipo de ciencias, deberían concluir en su vida profesional lo mismo que concluiría un físico o un matemático que reconoce la importancia de una formula tan sencilla para resolver problemas tan grandes o lo que concluiría una madre en la formación de su hijo:
“LO MÁS COMPLEJO SE RESUELVE A TRAVÉS DE LO MÁS SENCILLO”
Pienso que no existe nada más sencillo que el amor y nada más complejo que el pecado. Y la manifestación del amor es el verdadero evangelio. Por lo tanto el evangelio es sencillo, es tan sencillo que Pablo lo resume en solo dos versículos:
“Cristo murió en lugar de nosotros, que éramos pecadores. Tal como lo enseña la Biblia, fue sepultado y, después de tres días, Dios lo resucitó.” 1 Corintios 15: 3-4 (TLA)

Esta buena noticia, este mensaje tan poderoso pero de la misma manera tan sencillo solo podría ser recibido por personas tan sencillas como los niños. No como los niños que les gritan a los padres, que no respetan a sus prójimos, que son caprichosos, sino como los niños del contexto de mateo 11: 25, personas preparadas, con un corazón sencillo, para recibir sin hipocresía sino con total sinceridad y fe la Palabra de Dios.

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