Honra a tu padre y a tu madre


Honrar a nuestros padres, más que obedecer es respetarlos, darles honor, premiarles el mérito de ser nuestros padres. Es bastante difícil encontrar jóvenes que obedezcan a sus padres, realmente es satisfactorio cuando uno encuentra a alguien así, pero de quienes obedecen a sus padres ¿Cuántos los honran? ¿Cuantos van más allá de obedecerlos? Es una pregunta que nos debe llevar a reflexionar individualmente en si en verdad no hemos pecado.

La ley, esta ley que Jesucristo no vino para abrogar sino para cumplir, nos da conocimiento del pecado, de que le hemos fallado a Dios, de que algo anda mal en nuestro ser y necesita ser regenerado. Para entender el origen del pecado es necesario que nos sumerjamos en las Escrituras, que las interioricemos, y le creamos a lo que nos dice (lea Romanos 5: 12-21).

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