¿CÓMO SERÁ ELLA?


Una de las preguntas que más ronda por la mente de un hombre es ¿cómo será mi ayuda idónea? No saber nada de quien será nuestra esposa nos genera diversas expectativas sobre ella.
La palabra de Dios nos da mayor claridad de quien debiese ser nuestra esposa, pue no solo nos habla sobre la mujer virtuosa, sino también nos enseña, por medio de diferentes matrimonios, a ser sabios para tomar buenas decisiones. Por ejemplo, la historia de Isaac y Rebeca.
Abraham le dijo a su siervo más antiguo que fuera a buscar en su tierra esposa para su hijo Isaac. No fue fácil para el criado encontrarla y mucho menos esperar que ella aceptara, porque ella hubiera podido negarse, pero el Señor prosperó el viaje del criado, pues la familia de Rebeca la bendijo y él se fue con ella donde Isaac. Mientras eso ocurría, Isaac pudo haber estado pensando en ella: ¿Cómo será?, ¿Qué le gustara?, ¿será que si me amara?, entre otras preguntas.
“Isaac había vuelto del pozo de Lajay Roí, porque vivía en la región del Néguev. Una tarde, salió a dar un paseo por el campo. De pronto, al levantar la vista, vio que se acercaban unos camellos. También Rebeca levantó la vista y, al ver a Isaac, se bajó del camello y le preguntó al criado:
― ¿Quién es ese hombre que viene por el campo a nuestro encuentro?
―Es mi amo —contestó el criado.
Entonces ella tomó el velo y se cubrió.”
Génesis 24: 62-65 (NVI)
El criado le contó a Isaac todo lo que había ocurrido, luego Isaac llevó a Rebeca a la carpa de Sara, su madre, y la tomó por esposa. La historia de Isaac y Rebeca nos enseña, una vez más, que necesitamos de la dirección del Señor para tomar la mejor decisión, pues si el criado no hubiera orado al Señor, pidiéndole su dirección, no hubiera sido prosperado en su viaje

Si eres soltero te aconsejo que sigas esperando en el Señor pidiéndole de su dirección, porque a su debido tiempo recibirás del Señor su bendición. Pero si ya eres casado entonces no seas como los necios que no agradecen a Dios por la mujer que tienen sino la desprecian, mas bien valora aquella mujer que Dios te ha dado, dando honor a Dios.

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