EL PECADO ES ASQUEROSO
La publicidad es engañosa
porque nos bombardea con falsos mensajes que tienen la única intención de sacar
a flote la porquería de hombre que todos llevan adentro. Podríamos decir que la
gran mayoría de mensajes publicitarios se resumen en uno solo: “disfruta el dulce sabor del pecado”.
El pecado no es nada lindo,
como se nos hace ver, sino es bastante asqueroso, sucio, corruptible y
aniquilador. No podemos seguir cayendo en la vanidad del placer carnal que nos
incita a rebelarnos contra el diseño del Creador, porque es esta la causa de
que muchos valientes cayeran. Es en estos tiempos donde más se les ha engañado
a las personas, con esas nuevas ciencias como la cienciologia, sexología y
antropología que han manifestado que la función del hombre se reduce solamente
a satisfacer sus propios deseos y, es ese pensamiento, el que ha alimentado a
miles de violadores, asesinos y politiqueros que ante un terrible hecho que
cometen solo responden a su mente “lo
hice porque eso era lo que quería” y como en este mundo ya todo lo que se
hace, lamentablemente, es por gusto entonces cauterizan su conciencia
fácilmente con el apoyo de las tantas falsas ideologías.
Las religiones han alimentado
al pecador, por lo tanto, también favorecen el pecado. El budismo alimenta el
orgullo del hombre diciendo que en él está la plenitud de la vida, el islam
favorece la violencia al afirmar en su doctrina que se debe, no solo defender
el islam a la fuerza sino también se les ordena: “…matad a
los asociadores dondequiera que les encontréis…” (corán 9:5), el
judaísmo acredita la soberbia al aferrarse a tradiciones, enseñadas por
hombres, pensándose en que por ser descendientes de Abraham tienen asegurado un
lugar con el Señor y, el catolicismo, ha fortalecido la mentira, la codicia y
la idolatría en sus muchas liturgias y sacramentos. Los engaños son constantes,
por lo tanto, la violencia se está incrementando potencialmente. Pero, a
diferencia, de las muchas religiones que existen y de los engañosos mensajes
publicitarios, la luz de Jesucristo resplandece, como la única respuesta al
pecado, para decirnos:
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí.”
Juan 14: 6 (RVR 1960)
Con seguridad podemos decir
que el pecado no es nada lindo aunque tenga una apariencia llamativa que nos
tienta a hacer el mal, con la falsa garantía del disfrute. Observemos bien en
nuestro alrededor, en las noticias que leemos a diario y comprenderemos con
mayor claridad que la consecuencia del pecado es siempre la muerte, destrucción
y violencia. No se trata de que nos dejemos llevar por la carne ni tampoco que
nos martiricemos a causa del pecado, sino que nos arrepintamos creyendo en
Jesucristo como la única solución al grave problema del pecado en nuestras
vidas, a fin de que Él sea manejando el timón de nuestras vidas para que no
hagamos lo que queramos, que es incierto, sino lo que Dios quiere, que es lo
mejor.
“Mi pecado te declaré, y no encubrí mi
iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la
maldad de mi pecado.”
Salmos 32: 5 (RVR 1960)
“…así también Cristo
fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá
por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le
esperan.”
Hebreos 9: 28 (RVR 1960)
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