TE AMO DIOS




Tú me formaste en el vientre de mi madre, me amaste aun antes de ser concebido, me pusiste por nombre hijo. Mis ojos vieron tus bondades, tu justicia y tus maravillas, no puedo contener las lágrimas que se desbordan naturalmente al presentarme ante tu presencia, arrepentido, humillado y necesitado de tu gracia y dirección, porque sin Ti mi vida ya no tiene razón de ser. Tú, solo tú, mi Dios, sabes que es lo mejor, que me conviene y que no, pero yo, errante y pecador, preferí confiar en mi ignorancia al probar ese fruto que me trajo la muerte. No puedo hacer nada sin ti Señor, perdóname, por no hacer lo correcto, escucharte y obedecerte. Y erre porque no te creí, sino me envanecí en mi propio y vano razonamiento, mas ahora sé que tú eres bueno.
Dios, tú no me dejaste morir en mi ignorancia, sino tuviste compasión de mi oscuro corazón al venir y resplandecer mi ser. Lo hiciste una vez más, me diste nueva vida, al tomar el lugar que merecía a causa de mi maldad, la muerte, a fin de poder tener vida y vida eterna. Es que no existe razón humana para hacer eso, pero tú lo hiciste porque me amas. Gracias Padre, por eso te amo, porque tú me amaste primero. Tu amor ha inundado mi ser y me perfecciona día a día, por eso Gracias Jesucristo.



En este sistema, alimentado por la codicia, se ha negado a Dios de mil maneras, no solo su existencia sino aún más su providencia. El cuida de nosotros, nos lo ha demostrado a través de la paciencia que es reflejo del amor que nos tiene. Es que nosotros somos gente mala, perversa, que solo busca sacar provecho de las circunstancias, olvidándose de Dios y de las personas, por lo tanto ¿Cómo es posible que un Dios santo y perfecto, que es dueño de todo lo que es visible e invisible, nos ame siendo nosotros tan desagradecidos por sus bondades? Es que el Señor no es como nosotros y esa es una razón más para adorarle. Pero si son tantas las razones que nos deberían llevar a adorarle ¿Por qué seguimos en rebeldía contra Él? Es que el problema es que sufrimos de hipoacusia o de sordera profunda espiritual porque aunque el Señor nos habla, aun por medio de la creación, nosotros no le entendemos a causa del pecado. El pecado es la causa de que nuestra comunión con Dios se interrumpa, porque Dios no puede convivir con el pecado. Es ese el problema central del hombre, por lo tanto confiar en la justicia de Dios, manifestada en Jesucristo, es nuestra única Salvación y, una vez salvos siempre salvos, porque Jesucristo murió una vez y para siempre.

“Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.” Hebreos 4: 16 (LBLA)



RECOMENDACIÓN DE LECTURA BÍBLICA

-       Salmos 139


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