ESFUÉRZATE Y SE VALIENTE
En un lejano pueblo llamado
Hertoncloser se encontraban dos muchachos perdidos en su sendero, quienes le
preguntaron a un señor, muy anciano en edad, cuál era el camino para llegar a Malama,
una ciudad como ninguna, recubierta de oro y decorada con jazmín. Este viejo hombre
les respondió a estos dos muchachos que conocía el camino, pero debían seguirlo
para no perderse. Los días pasaron y estos dos muchachos se estaban empezando a
desesperar porque no veían ni un rastro que les indicara que estaban
transitando en el camino correcto, entonces uno de ellos cansado y agotado,
perdiendo totalmente las esperanzas, abandonó el recorrido y se devolvió a su
viejo hogar. Mientras el otro joven, confiando en este hombre de avanzada edad,
le siguió sin desmayar. Ya las provisiones de comida y bebida, se estaban
acabando, este joven se estaba empezando a desesperar, le preguntó al anciano
hombre que si ya casi llegaban, quien le contestó que les faltaba poco, pero
debían descansar. Mientras ellos reposaron, antes de continuar con su viaje,
unas aves de rapiña se comieron lo poco que les quedaba de provisión. El joven
al darse cuenta de lo sucedido, lloró de la rabia, porque veía que nada le
salía bien, se arrepintió de haber ido con aquel anciano, y empezó a tener
miedo de lo que pudiera ocurrir. Mas el hombre anciano le miró a los ojos, y le
dijo –no tengas miedo porque Dios está
contigo-. Al instante aquel hombre anciano desapareció y, el joven, al
devolver su mirada al frente, vio a lo lejos, el lugar que tanto tiempo había
añorado.
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no
temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que
vayas.” Josué 1: 9 (RVR 1960)
En nuestro andar como
discípulos de Jesucristo, nos encontramos muchas veces cansados y sin fuerzas,
con desánimo y miedo, pero es allí, cuando más debemos fortalecernos en el
Señor y en el poder de su Palabra, porque El prometió estar con nosotros todos
los días. Así, como aquel joven depósito su confianza en aquel hombre anciano,
nosotros debemos creerle al Señor, aunque nuestros amigos más cercanos no le
crean.
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que
cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” Juan 11: 25 (RVR 1960)
El Camino de quienes le creen
a Dios es Jesucristo y la puerta estrecha que nos dirige en el sendero angosto
es seguir a Cristo. Mas quienes entran por la puerta ancha serán dirigidos a un
camino espacioso que va directo al infierno.
Comentarios
Publicar un comentario