NO DEBERÍAS PREOCUPARTE POR LA MUERTE
No deberías
preocuparte por la muerte porque todo ser humano posee un alma inmortal, más
bien ten tranquilidad si sabes que tu alma estará en la eternidad con el Señor,
pero si aún dudas entonces piensa ¿en dónde estará tu alma después de que tu
cuerpo muera?
No nos preocupemos por
la muerte porque somos almas inmortales más bien empecemos a pensar en el
destino eterno de nuestra alma.
“No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden
matar al alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir tanto
el alma como el cuerpo en el infierno.” Mateo 10: 28 (RVA-2015)
El destino de nuestra
alma esta en las manos de Dios, no en las nuestras, sino solo en las manos de
Dios. Empezar a pensar en el destino eterno de nuestra alma es importante porque
de no hacerlo haríamos lo mismo que el hambriento que piensa llenarse sin comida,
concluiríamos en muerte. La muerte de nuestro cuerpo es algo que nos asusta
pero nos debería dar mayor miedo el destino eterno de nuestra alma si es que no
estamos bajo la gracia de Dios.
El Señor quien nos
creó no es malo sino bondadoso, por lo tanto no desea la perdición sino la salvación
para nuestras almas. Quien confía verdaderamente en Dios no debe temerle a la
muerte porque en Dios ha confiado, así mismo quien no ha confiado
verdaderamente en Dios tampoco debería temerle a la muerte física sino a
aquella que tiene su destino en el infierno.
Jesucristo es la
respuesta a este yugo, a esta carga, que toda alma desorientada enfrenta frente
a tal preocupación. Mas para quienes hemos sido salvos por su gracia debemos
estar seguros de tal salvación por el Espíritu Santo.
“En aquel tiempo Jesús respondió y dijo: “Te alabo,
oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de
los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque
así te agradó”. “Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre.
Nadie conoce bien al Hijo, sino el Padre. Nadie conoce bien al Padre, sino el
Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. “Vengan a mí, todos
los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi
yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y
hallarán descanso para su alma. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi
carga”.”
Mateo 11: 25-30 (RVA-2015)
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