EL SOLTERO MÁS FELIZ DEL MUNDO
El ser soltero en un
entorno como el actual es visto por los filtros de la tristeza, soledad y
depresión pero la verdad es que no estar ennoviado o ennoviada, casado o
casada, tiene ciertos privilegios que estos no tienen. Tener el conocimiento de
estos privilegios, y la libertad de disfrutarlos te podrán hacer el soltero o
la soltera más feliz del mundo.
La verdad es que la
única manera de ser el soltero más feliz del mundo es cuando le das verdadera
importancia al tiempo que Dios ha dado en tu vida yendo en contra de las
tendencias humanas para ir agarrado de la mano de Dios.
A la iglesia que más
se hace hincapié, en la Biblia, de no afanarse en casarse es a la de Corinto.
Corinto era una ciudad tan pervertida que se dice que a lo peor que se le podía
comparar a un hombre o una mujer por sus actos obscenos era con los corintos.
Esta iglesia debía dejar ese comportamiento cultural que les llevaba a tantas
preocupaciones, como las que vivimos hoy: ¿con quién me voy a casar?, necesito
tener un novio o novia, etc. Por tal motivo es que en la Biblia la palabra
soltero es tan enfatizada en el libro de Corintios como algo bueno y bastante
valioso y provechoso.
“A los solteros y a las viudas les digo que sería
mejor que se quedaran como yo. Pero si no pueden dominarse, que se casen,
porque es preferible casarse que quemarse de pasión (...) ¿Estás casado? No
procures divorciarte. ¿Estás soltero? No busques esposa. Pero si te casas,
no pecas; y si una joven se casa, tampoco comete pecado. Sin embargo, los que
se casan tendrán que pasar por muchos aprietos, y yo quiero evitárselos
(…) Yo preferiría que estuvieran libres de preocupaciones. El soltero se
preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarlo.”
1 Corintios 7: 8-9, 27-28,32
(NVI)
Mientras estés
soltero preocúpate, únicamente, en agradar al Señor con todo tu corazón. No te
afanes en casarte, ni en ennoviarte, pero si te es difícil continuar como
soltero o soltera entonces cásate para evitar caer en la fornicación o en la
depresión. Pero mientras estés soltero o soltera disfruta el poder servirle al
Señor, reconociendo que solo en El, sea que estés soltero o no, puedes
disfrutar de la verdadera libertad que ninguno otro te podrá dar.
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